19 nov 2016

tarta de queso con tomates



Los aperitivos a base de queso siempre están muy presentes en nuestra mesa, de una manera u otra nunca faltan, hoy son estas tartas, una versión salada de la tradicional tarta de queso dulce sin horno, un verdadero antojo para ir abriendo boca. La base está hecha con tostadas de pan y mantequilla, el relleno de queso con pesto a la genovesa y la cobertura a base de tomate.
Aquí tenéis algunos aperitivos más a base de queso: croquetas de queso, rulo de queso y nueces, rulo de jamón y queso, hojaldres, buñuelos, gougères, tartaletas, tostadas...


ingredientes
50 g de tostadas de pan
40 g de mantequilla
150 g de queso de untar o requesón
1/2 yogur natural
2 cucharadas de leche
30-40 g de pesto a la genovesa
2,5 g de gelatina en hojas
tomates cherrys ó tomate en láminas finas
2 cucharadas de salsa de tomate
1/4 de una hoja de gelatina
aceite de oliva
una pizca de orégano seco
sal y pimienta





elaboración
Para hacer la base de la tarta, aplastamos bien el pan y lo pasamos por un pasapuré fino. Una vez molido lo echamos en un bol y mezclamos con la mantequilla reblandecida. Forramos con film transparente el fondo de dos mini moldes desmontables de 12 cm de diámetro, repartimos la mezcla en ambos moldes y extendemos la mezcla de pan, la alisamos haciendo presión con el dorso de una cuchara o con el mazo de un mortero hasta obtener una capa uniforme sobre el fondo. Guardamos en la nevera hasta que quede bien firme.


Para hacer el relleno, hidratamos los 2,5 g de gelatina en hojas en un poco de agua fría. Mezclamos el yogur con el queso crema y el pesto. Calentamos la leche en un cazo pequeño y, fuera del fuego, añadimos la gelatina escurrida, dejamos que se disuelva y la incorporamos al queso crema.
Vertemos esta mezcla sobre las bases de pan y lo dejamos enfriar bien en la nevera unas tres horas, hasta que todo quede bien cuajado.




Para hacer la cobertura, cubrimos uno de los moldes con la gelatina de tomate, y el otro con tomates cherrys partidos por la mitad o con tomate cortado en rodajas muy finas y ambos condimentados con sal, pimienta y orégano.
Los cortamos en pequeñas cuñas, del tamaño de un quesito y servimos.

Para hacer la gelatina de tomate, hidratamos 1/4 de una hoja de gelatina y calentamos unas dos cucharadas de salsa de tomate. Una vez caliente y fuera del fuego añadimos la gelatina y mezclamos hasta que se disuelva.


fuente: a partir de una receta del libro "Mas fruta y verdura".


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